Pero, ¿quién fue realmente este revolucionario personaje?. Ignacio Ramírez nació en San Miguel de Allende – antiguamente conocido como San Miguel el Grande -, el 22 de junio de l818, en una confortable casona de la Calle de Umarán. Sus padres, de raza mestiza, fueron Doña Sinforoza Calzada y Don Lino Ramírez, en ese momento, Vice-gobernador del Estado de Querétaro, precisamente durante la Administración de Gómez Farías.
El joven, educado desde muy pequeño siguiendo las ideas patriotas y liberales más puras, prosiguió en Querétaro sus estudios, mismos que continuó en la Ciudad de México, en el Colegio de San Gregorio. De ahí pasó a la Escuela de Jurisprudencia, recibiendo el título de Abogado.
Joven disciplinado y ávido de la lectura y los estudios científicos, se convirtió pronto en un hombre de conocimientos enciclopédicos. Gracias a su erudición, destacó siempre en las más variadas discusiones tanto en sociedades científicas, como en liceos y escuelas nacionales. A partir de su polémica tesis presentada en la Academia de Letrán, puso todo su empeño en luchar por la regeneración política y moral de México.
Se puede decir que dedicó su vida entera a las cuestiones políticas, utilizando el periodismo para dar a conocer sus ideas. Fue así como en 1845, se inició en ese ofocio – utilizando por primera vez su seudónimo de El Nigromante- , al publicar Don Simplicio, en compañía de Guillermo Prieto y Vicente Segura. En el primer número, apareció su célebre artículo titulado A los Viejos, dedicados a los políticos conservadores.
Posteriormente fundó El Clamor Progresista para apoyar la candidatura de Miguel Lerdo de Tejada. Colaboró asimismo en El Monitor Republicano en tiempos de la Reforma, y redactó La Chinaca, texto condenando la intervención francesa en nuestro país.
En Sonora fundó el periódico La Insurrección en
1863, publicación que hizo pública su discusión con
Castelar, a propósito de sus ideas sobre lo justo de la emancipación
de los pueblos hispanoamericanos. En 1887, El Correo de México,
periódico fundado por Altamirano, comenzó a recibir las diarias
colaboraciones de Ignacio Ramírez.